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COCA COLA



Lo uno no quita lo otro


El 30 de septiembre de 1999 esperando con unos amigos a entrar en un cine decidí de improviso no volver a toma una gota de Coca Cola el resto de mi vida.
Me parecía intolerable —me lo sigue pareciendo— no tomar decisiones de forma consciente como por ejemplo pedir una coca cola en una barra de bar cuando no se sabe exactamente qué se quiere tomar.

Quede constancia que no soy extremista: mis hijos toman Coca Cola y tengo normalmente Coca Cola en la nevera.